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Blog de ROSA

El Diablo.

EL DIABLO

 

Arcano número XV del Tarot.

El diablo representa lo instintivo, es una carta que atemoriza, que no nos produce buena sensación de entrada.

Numerológicamente el 15 nos remite al número 6 (los amantes) que representa el amor responsable.

El diablo es la conjunción de los principios opuestos masculino-femenino, la atracción sexual, la ambivalencia y la prueba.

Si el seis es  el número del amor, el 15 va más allá de cuestiones moralistas, es la idea de lascivia y deseo sexual. Simboliza las ataduras a través de los deseos y los sentidos, las fuerzas astrales que arrastran  a todo ser humano.

Sin embargo la tentación es el abismo del débil y el triunfo del fuerte, por eso se dice que el diablo es nuestro entrenador psicológico. Está en nuestra mano conceder el poder al mal, en esto consiste el  libre albedrío, en elegir entre bien y mal.

El número 15 tiene relación, a través del 5 con los sentidos primordiales (vista, oído, olfato, gusto y tacto) y a través del 1 con el falo erecto o causa primera de todas las cosas.

Es la lámina de la autosuficiencia  y la egolatría, del predominio del cuerpo sobre el alma, las fuerzas naturales en su aspecto bipolar que nos dan la idea del bien y el mal, las tentaciones, lo prohibido, la sombra jungiana. Es el enemigo principal del emperador, que representa el orden y la estructura de vida.

No hay que temer al diablo si nuestra intención y nuestros deseos se focalizan hacia la luz y el Bien. Si nuestros deseos son puros el diablo no podrá arrastrarnos.

No olvidemos que el ego no está conformado únicamente por  la lujuria, también la codicia, la pereza, la ira, la gula, el orgullo, la envidia le dan consistencia y les tenemos que ir disolviendo todos los días.

¿Se puede meditar con este arcano?

Si, pero  es conveniente que en el momento de hacerlo tengamos un suficiente equilibrio psicológico. Meditar sobre esta lámina  nos puede hacer conscientes de nuestros miedos y limitaciones concretas, con la templanza asumimos que somos ángeles, con el diablo tenemos que asumir que también somos demonios. Y no hay que tener miedo ni prejuicios, la sombra hay que integrarla, sin más.

No temas a este arcano, te conecta con tu propio poder, con tu libertad. Todos tenemos múltiples ataduras, lo que tenemos que hacer es ver qué  es  lo que nos ata y desligarnos, Buda llamó a esto DESAPEGO, Jesús dijo “ahora id y curad EN MI NOMBRE, desalojar los demonios del cuerpo”. 


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