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Blog de Tana Paz

Que es radioestesia?

¿Qué es la Radiestesia?

 

RADIESTESIA.- Es la parte de la Radiónica que detecta a distancia y a través de un instrumento, las radiaciones emitidas por cualquier cuerpo o forma de energía. También es llamada rabdomancia.

RADIÓNICA.- Es la técnica que maneja la acción a distancia.

RADIÓNICA MÉDICA.- Es la parte de la Radiónica que maneja la curación a distancia. En algunos países como la India, se le denomina Telecuración.

Esta disciplina fue denominada Radiestesia por el abate Bouly, a principios del siglo XX.

El nombre de radiestesia está formado por la palabra latina radius que significa radiación y por el vocablo griego aisthesis, en su acepción de sensibilidad.

La Radiestesia es la técnica que maneja la detección del espectro completo de las radiaciones que emiten, tanto los cuerpos de cualquier naturaleza, como las diversas formas de energía. Se le llama radiestesista al practicante de la radiestesia.

Se detecta la manifestación de las radiaciones a través de instrumentos, siendo los más usados el péndulo y las varillas.

El poder del péndulo tiene aplicaciones en todos los campos de la vida

La Radiestesia facilita hacer consciente lo que es inconsciente, es decir, hacer racional lo que no es racional aún, pero que ha sido detectado, intuido o descubierto por el sexto sentido, las percepciones extrasensoriales y otras funciones del hemisferio cerebral del lado derecho, que la ciencia ha empezado a explicar en los últimos años, pero que han sido ejercidas por los seres humanos desde el origen de la especie.

¿Para qué sirve la radiestesia?

 La Radiestesia es una disciplina muy amplia, que abarca prácticamente todos los aspectos de nuestra vida; sirve para:

– Búsqueda subterránea de agua, minerales, petróleo, carbón, etc.

– Búsqueda de personas u objetos perdidos

– Medicina, homeopatía, herboristería, farmacología, psicología, etc.

– Botánica, agricultura y jardinería

– Investigaciones geológicas, arqueología.

– Ingeniería, electromecánica, arquitectura, procesos químicos

– Evaluación de inversiones y operaciones comerciales

– Selección de personal, orientación escolar y profesional

– Exploración de la personalidad

– Regímenes alimenticios y dietéticos

– Detección de radiaciones nocivas para seres humanos, animales y plantas

– Y cientos de otras disciplinas y utilidades.

Antecedentes científicos de la radiestesia

La energía y la materia emiten vibraciones

A partir de las aportaciones que hizo Albert Einstein, la ciencia establece que la energía es de naturaleza vibratoria y que la materia – que es una forma particular de energía – también emite radiaciones.

Nuestro organismo es un receptor que capta las radiaciones emitidas por otros cuerpos y por las diversas formas de energía.

Sentimos y pensamos con todo el cuerpo

El cuerpo capta entre otras vibraciones, los diferentes colores de la energía luminosa, así como los diferentes tonos de la energía sonora, cada uno de los cuales vibra a una frecuencia determinada. Pero estas percepciones no se llevan a cabo únicamente a través de los órganos de la vista o del oído, ya que sentimos y pensamos con todo el cuerpo.

Desde la década de los años veinte, la hipótesis de los cinco sentidos desarrollada por Aristóteles ha sido superada. Ahora sabemos que existen en nuestro cuerpo muchísimos receptores interiores y exteriores que nos proporcionan información.

Mucho antes de emplearse el termino RADIESTESIA, se venía utilizando el termino RABDOMANCIA, derivada de las voces griegas “rabdos” (vara) y “mancia” ( adivinación), o sea “adivinación a través de la vara”, este arte de adivinar es antiquísimo, casi tan antiguo como la Humanidad, encontrándose dibujos, grabados y documentos escritos con una antigüedad de casi 4.500 años antes de Cristo.

La palabra Radiestesia fue creada y aprobada en un Congreso celebrado en Avignon, Francia en 1933 para substituir el vocablo rabdomancia hasta entonces utilizado para detectar la existencia de vibraciones energéticas en el mundo exterior y debajo de la superficie terrestre.

Los primeros Rabdomantes se remontan a la época del hombre de Neanderthal, según lo demuestran las pinturas halladas en cuevas que identifican a hombres portando varas y horquillas mientras caminaban en busca de agua o minerales.

Con el tiempo el péndulo sustituyó a las varillas y el hombre comenzó a comprender que toda forma de vida humana, animal, vegetal o mineral como así también cualquier forma creada por él mismo contiene vibraciones en correspondencia dentro de una gama de colores o sonidos como también dentro de un amplio espectro electromagnético que permite aceptar la idea de que la vibración es una expresión de la vida en sus diferentes niveles en los que cobra distintos grados de densidad.

Por tal motivo la Academia de Medicina de París decidió invitar a todos los profesionales que estadísticamente venían investigando y trabajando en esta técnica para reunir la información precisa que permitiera entregar al mundo científico una herramienta certera de aplicación concreta en su polifacético universo.

Y fue un sacerdote francés, el Padre Alexis Bouly quien propuso ante los congresales la palabra RADIESTESIA que fue unánimemente aprobada. El sacerdote francés Alexis Bouly sustituye el término “rabdomancia” por el de RADIESTESIA, proveniente del Latín científico “radium” (rayo, radiación), y del griego “aisthesis” (sensibilidad), entonces Radiestesia significa “sensibilidad a las radiaciones”.

He de aquí un punto de inflexión muy importante, ya que con el antiguo termino rabdomancia, nos remite a un concepto algo mágico, en cambio la Radiestesia nos da una visión más científica y objetiva, ya que muchos ignoran que el ejercicio de la Radiestesia es una ciencia, y como otras exige estudio, prudencia y mucha practica.

Detectar una desarmonización en el cuerpo físico, mental o espiritual, como así también en el entorno vibratorio en el cual el hombre habita o trabaja permaneciendo la mayor parte de su vida, nos puede indicar las causas de los inconvenientes.

La Radiestesia y la Teleradiestesia nos permiten encontrar un camino hacia nuestra Armonización. Para lograrla existen muchos procedimientos posibles. Antecedentes Científicos de la Radiestesia La energía y la materia emiten vibraciones A partir de las aportaciones que hizo Albert Einstein, la ciencia establece que la energía es de naturaleza vibratoria y que la materia – que es una forma particular de energía – también emite radiaciones.

Nuestro organismo es un receptor que capta las radiaciones emitidas por otros cuerpos y por las diversas formas de energía. Sentimos y pensamos con todo el cuerpo El cuerpo capta entre otras vibraciones, los diferentes colores de la energía luminosa, así como los diferentes tonos de la energía sonora, cada uno de los cuales vibra a una frecuencia determinada. Pero estas percepciones no se llevan a cabo únicamente a través de los órganos de la vista o del oído, ya que sentimos y pensamos con todo el cuerpo. Desde la década de los años veinte, la hipótesis de los cinco sentidos desarrollada por Aristóteles ha sido superada. Ahora sabemos que existen en nuestro cuerpo muchísimos receptores interiores y exteriores que nos proporcionan información.

Historia de la Radiestesia

Un acercamiento a definir la radiestesia Ciencia aún inconclusa, es “Sensibilidad especial para captar ciertas radiaciones, utilizada por los zahoríes para descubrir manantiales subterráneos, venas metálicas, etc.

La definición más acertada es “Técnica de captación de las ondas emitidas por todos los cuerpos, en la que se producen fenómenos fisio-psicológicos, mediante el empleo de instrumentos adecuados (péndulo ó varilla) que generan respuestas convencionales cuya interpretación permite al operador determinar la ubicación, naturaleza, composición y propiedades de los cuerpos”

Evolución de la Radiestesia

Muchos autores, fundamentalmente franceses, han expresado en sus obras haber encontrado en los textos de las sagradas escrituras, un documento, quizás el más conocido sobre la técnica, consistente en un grabado en madera, reproducción en un bajo relieve del año 147 de la Era Cristiana. El él cuenta J. Ma. Pilón (1976), se presenta el emperador Yû “El Grande”, de la dinastía Hsia, que reinó en China desde el año 2205 al 2197 A.C., sosteniendo en una mano una varilla de dos ramas en forma de diapasón y cuya inscripción evoca las cualidades de un radiestesista.

En los monumentos del antiguo Egipto fueron descubiertos varios instrumentos muy semejantes  a las varillas y los péndulos de los radiestesistas. Estos hallazgos nos hacen deducir que los egipcios también utilizaban la radiestesia en tiempos ancestrales.

En la Edad Media fue juzgada como prima hermana de la brujería. Era muy perseguida, no obstante en 1544 Sebastian Munster publica su obra “La varilla adivinadora en las minas del siglo XVI” y en su libro “La Cosmografía Universal” (1555), muestra un grabado de los trabajos que se pueden realizar en la mina con una varilla. El abate Vallemont, en “Física Oculta” publicada en 1693, la libra de la brujería y el engaño.

En el siglo XVI. G.E.Lohneysz, experto en prospección, en su libro “Relato sobre la Industria Minera ” resalta algunos hechos naturales, íntimamente ligados a la radiestesia.

En el reinado de Luis XIII, dos nobles Martina de Berteaux y Juan de Chastelet descubren más de ciento cincuenta minas, con la ayuda de extrañas varillas, la diplomacia letal de Recheliu, e intrigas palaciegas los envía a prisión, donde mueren, dejaron varios escritos, solo un título se rescata “La Restitución de Platón” Nicolás de Grenoble da a conocer sus experiencias personales respecto a la prospección de manantiales, con la ayuda de la varilla.

Thouvenel en 1781, médico, escribe “Memoria Física y Médica” París. El italiano Anfosi, físico escribe “De la Rabdomancia a la Electrometría Animal “, Milán 1796 En 1799 GEBOIN, catedrático de la Universidad de Estrasburgo, entrega a la Academia de Ciencias de Paría el segundo informe documentado sobre péndulos y varillas.

Hasta 1812, durmieron los escritos. Donde surge un triunvirato de tres sabios Chevreul, Boussignault y Babinet, y logran que el progreso de una ciencia se estanque.

Entre 1834 y l843, el abate Parmenelle rastrea los más insólitos rincones de Francia para buscar agua, de 199 napas, solo fallan 12. Le sigue el abate Richard, y el abate Carrié, este último da a conocer su “Hidroscopia y Metaloscopia” ó Arte de Descubrir las Aguas Subterráneas y los Yacimientos Metalíferos por medio del Electromagnetismo.

En 1909, se celebra un Congreso de Rabdomancia con sede en París. La primera guerra mundial, cajonea los trabajos. El padre Bouly inventa el vocablo RADIESTESIA, en 1933 Congreso en Aviñón. En 1934, se constituye la Asociación Internacional de Médicos Radioestesistas y la Sección de Radiestesia Médica, dependiente de la Academia de París.

La gran revolución la inicia el abate Mermet, realiza las bases de una disciplina coherente, ordenada, racional y desprovista de misterio. En 1937 fallece.

Lutero calificó de diabólica a este arte milenario, quedando demostrado con tantas investigaciones, que la Radiestesia, no es una cualidad especial, se la puede emplear como técnica, por lo tanto, aprendiendo se la puede utilizar.

 

La Radiestesia ¿Es un don o se aprende?

 La mayor parte de las personas que vivimos en el ámbito de la cultura occidental, hemos desarrollado predominantemente las funciones racionales que lleva a cabo el hemisferio izquierdo del cerebro, con menoscabo de las sensoriales que corresponden al lado derecho y por lo tanto, somos más racionalistas y menos perceptivos e intuitivos. En nuestra cultura actual, se considera que la intuición, la imaginación, la subjetividad y el sexto sentido, no son formas válidas para obtener conocimientos y por lo tanto se reprimen desde la infancia.

Consecuentemente no desarrollamos suficientemente las funciones que podríamos realizar con el hemisferio cerebral del lado derecho, entre las que se encuentra la Radiestesia. Todos tenemos un sexto sentido y una capacidad potencial para tener sensaciones extrasensoriales, pero una gran parte de la población nunca llega a desarrollarlos significativamente.

Esto explica porque unas personas tienen más facilidad que otras para usar el péndulo u otros instrumentos radiestésicos. Aquellas personas cuyo hemisferio cerebral derecho se ha desarrollado adecuadamente, tienen el “don” para practicar la Radiestesia.

Pero de cualquier manera, la Radiestesia tiene que aprenderse y requiere entrenamiento y perseverancia para su dominio total. Quienes desean practicar la Radiestesia requieren someterse a un entrenamiento formal, para poder captar las radiaciones emitidas por nosotros mismos y por los cuerpos y formas de energía que nos rodean.

Todos tenemos la capacidad para ser excelentes Radiestesistas (incluso los animales y las plantas), ya que no es de ningún modo patrimonio de algunos privilegiados, como generalmente se cree, tan solo se necesita tener el sistema sensorial muy desarrollado para percibir las radiaciones , y eso se puede conseguir entrenándose con “técnicas” para experimentar las sensaciones que estas producen.

 

Desarrollo Formal de la Radiestesia

 El primer hecho significativo para la formalización de la Radiestesia que registra la Historia, sucedió en la Universidad de Saltzburgo, Austria. Durante los últimos años del siglo XVIII, como resultado de la experimentación con numerosos pacientes, el Rector de esa institución educativa, instituyó oficialmente el uso del péndulo como instrumento de diagnóstico médico.

En la antigüedad compitieron el péndulo y las varillas como instrumentos para la detección de radiaciones, pero a partir del hecho que se relata, se incrementó el uso del péndulo y se redujo el empleo de las varillas.

La Radiestesia fue reconocida formalmente en Europa por los ejércitos beligerantes de la Primera guerra mundial, para localizar minas. Los departamentos de policía de muchas ciudades del mundo, contratan los servicios profesionales de radiestesistas para encontrar personas secuestradas y desaparecidas, así como objetos robados y delincuentes. Numerosos médicos emplean el péndulo para diagnosticar enfermedades, determinar las terapias y medicamentos adecuados, tiempo de duración de los tratamientos, así como la frecuencia y dosificación con las que debe suministrarse un medicamento


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