La luna siempre ha sido parte importante de las creencias de la humanidad sobre el sexo. Los pueblos primitivos celebran complejos ritos de iniciación sexual y fertilidad bajo la luna llena. Los campesinos de Europa ayuntan a sus animales en cuarto creciente. La policía activa la alerta sobre delitos sexuales cuando hay luna llena.
El misterio de la luna vive en cada una de nosotras, y el modo más directo de conectar con su naturaleza es la exploración del ciclo menstrual femenino. Muchos pueblos de la antigüedad como celtas y mayas, han mantenido la certeza de que la luna gobierna este ciclo, y todavía mucha gente confía en esta función reguladora. Por supuesto, antes de la civilización moderna, la mayoría de la población vivía al aire libre, en contacto directo con la luz del sol y la luna, y los cuerpos de las mujeres se sintonizaban con los ciclos naturales, de modo que se producía la conexión entre la ovulación y el periodo de máxima fertilidad bajo la luna llena y la menstruación en la luna nueva.
Luna y sexo
Ni siquiera los científicos han podido negar las conexiones entre la luna y los estados de ánimo y las emociones humanas. La fuerza que es capaz de generar mareas altas y bajas bien puede afectar también a la química de nuestros cuerpos, y a las hormonas cuyos niveles suben y bajan durante el mes, afectando a nuestra sexualidad, fertilidad y ciclo menstrual. El aumento de estrógenos durante la luna creciente hace que nos sintamos con más energía, optimistas y abiertas. Cuando la luna está casi llena, nuestro cuerpo experimenta mayor deseo sexual, y nos sentimos receptivas, mientras el cuerpo se prepara para la fertilización. Y bajo la luna llena ocurre la ovulación. Pero no es necesario concebir para aprovechar esta energía; podemos usar nuestra fuerza sexual renovada para cumplir nuestros deseos y objetivos y aprovechar nuestra creatividad.
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Luna llena
El momento de la luna llena se identifica en clave simbólica con la Diosa Blanca, depositaria de la luz, la apertura, la receptividad y la fertilidad. Puede dominar la faceta del deseo sexual como en Afrodita o Ishtar, o la faceta reproductiva y maternal, como en Démeter o Isis.
Es interesante comprobar que este rol es la que sociedad patriarcal ha definido como conducta deseable o incluso ideal para las mujeres, dejando oculta y rechazando la otra parte del ciclo lunar y su equivalencia simbólica. En efecto, mientras que la sexualidad de la luna llena se centra en la fertilidad, durante el periodo de la menstruación nos encontramos centradas en nuestro propio ser, en nuestra transformación y renovación, en un periodo de cambio y renacimiento.
Luna nueva
La luna nueva es la ausencia de luz, y para una visión patriarcal representa la muerte traída por la Diosa Negra, sea Hécate o Kali. Nos han enseñado que no es correcto ni procedente el sexo en este momento, pero en este periodo nuestra energía en vez de expandirse, fluye hacia nuestro interior, recargándonos en un momento de sabiduría, poder, compasión y sanación. Nuestra conciencia psíquica y sensibilidad se expanden. La sexualidad en este momento es más erótica, ardiente, apasionada y activa, por oposición a la entrega y la pasividad de la ofrenda de la fertilidad. Y alcanza su pico justo en el momento anterior a la menstruación, cuando no hay posibilidad de concebir.
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Esta poderosa energía sexual puede usarse para la transformación, la sanación psíquica y también la magia. Bajo la Diosa Negra, las mujeres tenemos nuestra máxima capacidad psíquica y energética, y la relación sexual permite transmitir esta energía y capacidad de visión a nuestra pareja. Es un momento de tensión y poder, que si se sabe aprovechar y conducir puede ser extremadamente beneficioso.
Para conocer más la influencia de la luna sobre ti, proporcione su fecha de nacimiento a alguno de nuestros expertos astrólogos. ¡Atrévete a descubirlo!
