La intuición florece como un tipo de conocimiento especial en el momento en que aprendes a sintonizar pensamiento y emociones.
Unos de los beneficios de igualar mente y corazón es el desarrollo de la intuición. La mitad del cerebro razona y la otra intuye. El conocimiento aprendido por la razón puede ayudarte a comprender datos, pero la intuición te conecta en un nivel más profundo con los demás y con lo material. Todo lo físico se sustenta en algo metafísico –una idea, una emoción o un deseo– y la intuición conecta con ello; sin verlo, pero entendiéndolo.
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La opinión que tengas sobre tu intuición será la que marque su efectividad. Si tú piensas que tu intuición no funciona o que es inútil, así acabará siendo. El exceso de racionalismo la ahoga, la limita y la desconfianza la anula; sólo te quedará la razón para tomar decisiones en la vida, y eso es como pretender conocer una moneda sólo por su cara, es decir, lo que ves; e ignorar que su valor viene definido por su cruz, lo que no ves.
Además, funcionas mejor cuando te sientes seguro y cuando los demás confían en ti; ya que la intuición trabaja mejor cuando se confía en ella y te das la oportunidad de actuar según sus dictados.
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Pero, ¿Qué pasa cuando no confías en tu intuición? ¿Qué ocurre cuando, tras un error, compruebas que lo intuiste era lo correcto, pero que no le hiciste caso? La razón puede llegar a una conclusión y la intuición decirte lo contrario y por lo general la segunda suele ser la correcta. Pero, ¿cómo saber qué es intuición y qué un producto exclusivo de la mente racional?
La intuición es conocimiento directo de una mente superior al ego, por lo tanto nos habla en un lenguaje distinto, que conviene conocer. Se manifiesta como una suave voz, no viene precedida de razonamiento sino que es una certeza que no tiene un origen definido. Viene en el momento oportuno, aporta tranquilidad, nunca ataca a nadie y se mantiene en el presente. Necesita de una mente tranquila y en estado de escucha, ya que no puede competir con el ruido interno de una persona en continuo diálogo mental. Es como enfrentar una sutil melodía al ruido del tráfico en hora pico.
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La intuición aparece cuando estas entregado a la vida, sus soluciones son perfectas para ese momento en particular, y la ganancia es común a todos los implicados. Produce fluidez y una sincronización en los acontecimientos que hace que todo encaje de un modo que parece mágico. Así que la próxima vez que pienses “qué tonterías se me ocurren” puede que estés dejando pasar la oportunidad de que tu intuición te guíe.
